Se abre el telón y sucede la
acción; desde ese instante preciso en que la tela destapa una historia que se
muestra veraz ante ti, se produce también un latir compartido. La magia del teatro invita siempre a un viaje íntimo y necesario en el que hay tanta vida
como verdad. El teatro, sobre cualquier otro código, tiene la ventaja que
ofrece la piel en escena, la inmediatez, la desnudez de un cuerpo que se
despoja de todo para poner sus sombras y sus luces a disposición del público.
Poder ser parte de ese intercambio invisible de energías entre el actor que
pisa el escenario convertido en personaje y el espectador que ocupa una butaca,
hace posible la magia inherente a un mundo en el que el arte te mece el alma y
las dudas. El teatro, no cabe duda a estas alturas, nutre; nos ofrece alimento
y una herramienta para acceder a la libertad de quien recurre a su propia
razón, nos enfrenta nuestro ser y nos empapa de emociones únicas.
Con Sara hemos compartido una
infinidad de viajes, muchos de los cuales se han iniciado desde un teatro. Por
eso en esta Zona celebramos con tanta ilusión un día como el de hoy, el día del
teatro, en honor a los momentos en que pudimos ocupar otras pieles que, sin
pertenecernos del todo, nos arropaban la vida. La magia nace de un alma que
viste de aliento y corazón la verdad de su personaje; para ofrecérnoslo real y
abrir todas nuestras puertas, para conseguir que, al cerrarse el telón, hayamos
alzado el vuelo a otros lugares en ese momento único e irrepetible que hicimos
eterno para sentirlo por siempre. La sensibilidad de Sara nos cogió la mano
para transferirnos el arrojo preciso que nos permitiese crear otro mundo,
nuestro a partir de ese instante mágico en que latimos con ella. Fue una suerte
volar con los personajes que nacieron y fueron sobre las tablas. Son nosotros y
conviven en un rincón de nuestro corazón desde el momento en que llegaron, con
la misma fuerza con la que ocuparon nuestros sentidos. Sabemos –porque así lo
sentimos- que cada trayecto ha sido un goce por permitirnos, desde la butaca,
soñar otros mundos y engrandecer el nuestro propio.
Queremos seguir abriendo con Sara
los telones de todos los teatros porque eso significará seguir disfrutando de
un vuelo que te lleva mucho más lejos del mismo teatro. ¡Feliz día a todos los
que aman este arte... y en especial a Sara, dueña siempre de la escena en el momento en que la pisa para SER con nosotros!
0 comentarios:
Publicar un comentario