lunes, 24 de febrero de 2014

En el corazón, Griselle

El viaje de Griselle comenzaba hace algo más de un año en el mostoleño Teatro del Bosque, aparecía allí por primera vez en escena un personaje del que podemos hablar mucho y muy bonito. Lo haremos hoy, con la perspectiva que nos ofrece el tiempo transcurrido desde aquella primera función en diciembre de 2012 y la realidad que conformaron las numerosas funciones que vinieron después de la de Móstoles, convirtiendo en maravillosas verdades las expectativas que seguramente andaban en el aire cuando el camino de este Paradero se empezaba a transitar. 




El teatro nos permite disfrutar de una Sara no diré más real -porque me lo parece en cualquier código en que trabaje-, pero sí más próxima e incluso personalmente diría que más especial. Al margen de esto y más allá de las generalidades, Griselle ha sido un bálsamo que desprendía un aroma inequívoco de verdad, porque Sara trabaja desde ahí; desde la evidencia de quien se implica entusiasta en aquello que le apasiona, cargando de certezas sus personajes y haciéndolos a la medida perfecta para que sólo pueda recibirse con el mismo cariño con el que son construidos. Su Griselle olía a ingenuidad, a fragilidad en quiebra, a inocencia pura, a bondad, a valentía y a desbordante entusiasmo. Griselle, en medio del espanto y la sinrazón de la época, persigue intemerosa sus sueños, sin miedos ante un porvenir lleno de oscuros interrogantes dentro de una realidad estremecedora. Nos deja una lección de vida y una herencia valiosa.

A lo largo de este añito largo Sara ha pisado a través de Griselle los escenarios de España llevando a cada rincón posible la luz que la define, turbando al público con una soberbia interpretación de un personaje que parece al principio ajeno a todo, idealista y soñador de más, que sirve de alivio ante las atrocidades que durante la alemania nazi se acometieron, que parece en un inicio un soplo de consuelo o desahogo ante la profundidad y la dureza de una obra incisiva... pero que acaba impregnándose de todo lo que ocurre. Una Griselle que crece conforme la obra avanza y que nos hace crecer con ella a un ritmo casi idéntico, una Griselle que conmueve y que hace despertar. 

Este regalo interpretativo que me parece Griselle no se agradece tan fácilmente. Todos los halagos al trabajo de Sara que se han podido leer en las críticas durante este año (y que hemos compartido desde el blog) se quedan cortos ante su Griselle, todo lo que yo pueda decir no servirá para hacerle justicia. Sólo habiendo presenciado alguna de las funciones es posible entender a lo que me refiero: sobrecoge el torrente de sensaciones que Sara transmite, su dominio del lenguaje corporal y gestual, su fuerza interpretativa, su contundente presencia... todo contribuye a poner en juego una cantidad de verdades que van más allá de lo explícito y que conducen a que cada uno de los que presenciaron alguna de las funciones realizadas a lo largo de esta gira interpretaran desde su esencia lo visto.




Hace días conocimos la noticia; Sara deja Paradero Desconocido... y por un lado fue imposible no sentir algo de tristeza por el fin de este viaje, pero prevalecen para siempre las cosas bonitas que sentimos con un personaje que se quedó con nosotros. Ha sido un aprendizaje compartido, un camino precioso por el que te damos las gracias, Sara. Fue un placer conocer tu Griselle, vivirla con la misma pasión que volcaste en ella al interpretarla y un honor enorme haberte acompañado en el trayecto a lo largo de este año con el orgullo de sentir tu inmensa valía, de tener la fuerte certeza de que seguir tu trabajo nos colma de satisfacciones. Gracias por sumergirnos en ese Universo infinito a través de Griselle, por las emociones y por tu verdad. ¡Ha sido un auténtico placer!





El personaje de Griselle en adelante será interpretado por la actriz Dora de Miguel, a quien desde este espacio deseamos suerte en este viaje al que se incorporó hoy mismo, al igual que a todo el equipo de Paradero que continuará trabajando duro para que la obra llegue a muchos lugares. Los mejores deseos.
Nosotros, con la maleta cargada de emociones preciosas tras este viaje, miramos al futuro con la intención de recibir nuevas historias y proseguir así el camino, porque esto no termina aquí. Es sólo una parada más... 



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