domingo, 2 de octubre de 2011

Recordando a Charlotte

"La noche de la Iguana" ha sido, inexplicablemente, una de las obras menos representadas del escritor norteamericano Tennessee Williams. Fue María Ruiz, hace algo menos de tres años, quien se decidió a dirigir en España una adaptación de la misma contando con actores de la talla de Tomás Gayo, Pilar Velázquez, Ana Marzoa, Sara Casasnovas, Geli Albadalejo, Juan Antonio Quintana, Alexander Samaniego, Carlos Velasco y Mundo Prieto

(cartel de la obra)


Hoy dedicaremos algunas líneas a este interesante proyecto teatral del que Sara Casasnovas formó parte, con la intención de revivir un espectáculo digno de los parabienes dedicados durante sus representaciones en el madrileño Teatro Victoria. Los motores de esta obra son el sexo y el calor, acompañados de una profunda reflexión sobre la religión y la espiritualidad alejada de convenciones sociales, que cargaron a "La noche de la Iguana" de sentimientos encontrados; un baile de emociones que convierten en desasosiego los remordimientos. 

Sara Casasnovas encarnó a Charlotte, un personaje sobre el que recaía un peso dramático importante dentro de la obra. Nuestra gallega favorita se convirtió para la obra en una enfermiza adolescente cuyo objetivo no era otro que conquistar a Lawrence, un sacerdote acusado de herejía y sacrilegio. Tras reflexionar sobre el significado de la iguana dentro de la obra, Sara afirma que "representa al personaje de Lawrence: la libertad de un animal que quiere ser cazado y domesticado por otros". Sin duda, esta obra se adecúa a la personalidad de su autor, encontrando en la trama numerosas coincidencias con la vida de Tennessee Williams. 

Sin más, os dejamos con un montaje que recoge algunos fragmentos de la representación. Quiénes pudieron disfrutar en directo de la obra, entre 2007 y 2008, entenderán bien el por qué de tanto requiebro y comprenderán sin esfuerzo las numerosas críticas positivas que dedicaron a la obra. Los ingredientes de los que se sirve "La noche de la Iguana" son tantos y tan buenos que resulta imposible no haber pasado sin dejar una huella tan intensa entre el público. 











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